
La prolactina es una hormona producida por varios órganos y durante el embarazo, toda la prolactina producida por el útero es transportada hacia el líquido amniótico en donde ayuda a mantener un ambiente inmune sano para el bebé. Cuando una mujer embarazada tiene una infección, esta hormona ayuda a evitar que el útero, el bebé y los tejidos que lo protegen y nutren, como la placenta y las membranas fetales (bolsa amniótica), no se inflamen descontroladamente, protegiendo así la integridad física del bebé y evitando, al menos por un tiempo, que el trabajo de parto inicie de forma prematura.
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