
El ruido ambiental crónico es un factor estresante que altera la función del sistema nervioso e inmunológico. Su exposición prolongada activa numerosas respuestas biológicas, promoviendo la liberación de hormonas del estrés que afectan la respuesta inmune y aumentan la susceptibilidad a enfermedades. Además, interfiere con el sueño, la atención y el bienestar emocional, favoreciendo el estrés oxidativo y la inflamación. Estos efectos resaltan la necesidad de implementar medidas para reducir su impacto en la salud y mejorar la calidad de vida en entornos urbanos, donde la exposición al ruido es una problemática creciente.
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